Hace parte de la Red Nacional de Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt y está ubicada en el Laboratorio de Investigación en Microbiología (LIM) de Unisimón.
El departamento del Atlántico y la región Caribe colombiana tienen su primera colección biológica de microorganismos, tejidos vegetales y derivados moleculares.
La Colección Biológica del Caribe (CBC), como fue denominada, recibió el 27 de mayo del año pasado la certificación del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Es la 261 dentro del Registro Único Nacional de Colecciones Biológicas (RNC).
La creación de este inventario biológico fue una iniciativa de Yani Aranguren Díaz y Elwi Machado Sierra, profesores e investigadores del programa de Microbiología de la Facultad de Ciencias Básicas y Biomédicas de la Universidad Simón Bolívar.
“Fue creada por Unisimón, pero no es de uso exclusivo de la institución. Está abierta al público en general y cualquier persona que cumpla los requisitos que exige el protocolo, que sigue lineamientos internacionales, puede hacer su depósito”, dice Aranguren, coordinadora de la CBC.
El Sistema de Información sobre Biodiversidad (SiB) en Colombia define que las colecciones biológicas son el inventario del patrimonio biológico del país. La existencia de estas “bibliotecas de vida” ha promovido el conocimiento de las especies que habitan el territorio nacional.
La primera colección biológica colombiana es el Museo de La Salle, creada en 1904. Ahora hay 204 colecciones legalizadas y actualizadas ante el RNC, las cuales custodian más de sesenta millones especímenes de todos los grupos biológicos de la biodiversidad nacional.
Quien está interesado en obtener información y depositar material biológico en la CBC puede escribir a los correos: lim.cbc@unisimonbolivar.edu.co o yani.aranguren@unisimonbolivar.edu.co.
Curaduría especializada de la biodiversidad
La CBC se halla en el Laboratorio de Investigación en Microbiología (LIM), donde están los microorganismos que los investigadores del Grupo Bio-Organizaciones de Unisimón han recolectado durante años en sus estudios realizados, entre esos uno sobre la diversidad genética del bosque seco tropical del Atlántico.
“El objetivo de una colección biológica es preservar especímenes biológicos bajo estándares de curaduría especializada, con fines de investigación, académicos y de conservación de la biodiversidad”, recalca Aranguren Díaz, bióloga y Ph. D. en Agronomía, Genética y Mejoramiento de Plantas.
Esta colección, al igual que las otras 262 con registro del Instituto Humboldt, alimentan la base de datos del RNC y el SiB.
Cualquier persona que colecte algún espécimen biológico natural del país debe poseer un permiso de recolección y luego puede depositar una muestra en una colección biológica correspondiente del RNC.
Por ser firmante de acuerdos internacionales como la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, Colombia es propietaria de la biodiversidad en su territorio, a excepción de las especies introducidas de forma consciente o inconsciente. Por ejemplo, el café no hace parte del inventario nacional, porque es originario de África, mientras que el cacao sí es nativo y, aunque comercial y cultivable, su material biológico pertenece al Estado.
“La colección solo maneja la información relacionada con el origen del material biológico y la colecta; la información obtenida en investigaciones es reservada y propiedad intelectual de los investigadores que depositan las muestras”, agrega Machado, Ph. D. en Microbiología Agropecuaria.
Expedición Botánica de Mutis: el primer inventario
De acuerdo con el SiB, el primer inventario de la biodiversidad de Colombia se remonta a 1783, cuando comenzó la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, impulsada por José Celestino Mutis. En los treinta años que duró la expedición se recogieron alrededor de 20.000 muestras vegetales y 7.000 animales, y se comenzó a investigar las propiedades médicas y alimenticias de muchas de ellas.
Las colecciones biológicas nutren el RNC, un instrumento que permite visibilizar el patrimonio natural y cultural del país; que por ley es propiedad del Estado colombiano, que es firmante de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo y también del Convenio de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas. Estos acuerdos promueven la conservación de la biodiversidad, su uso sostenible y la participación justa y equitativa de los beneficios derivados de ese uso.
Fuente: Revista IRAKA.